Tailandia es el paraíso de los mochileros en el Sudeste Asiático. De todos los países de esta zona del mundo es el que está más acostumbrado al turismo. Por eso, Tailandia es fácil, es más cómoda, está más limpia y es muy sencillo moverse por el país. Muchos viajeros eligen Tailandia como destino de vacaciones, y no es para menos, porque es un país que ofrece una variedad increíble: paisajes de montañas y trekkings, cascadas y refugios donde disfrutar de la naturaleza, ciudades caóticas y palpitantes como su capital Bangkok, o ciudades sosegadas como Chiang Mai donde hacer un alto en el camino o incluso donde vivir una temporada.
Templo de Sukhotai
También puedes encontrar magníficas playas paradisíacas en el sur, donde además si eres amante del buceo te puedes quedar atrapado por la belleza de sus fondos marinos (y lo económico de sus precios). Y además, su excelente gastronomía es el broche de oro para este increíble currículo que ofrece Tailandia.
Tailandia parece ofrecerlo todo y, aún así, hemos de admitir que no nos atraía mucho la idea de viajar hasta allí. De hecho, anteponíamos muchos destinos a Tailandia. Tanto es así, que en 2019 volamos a Bangkok no con la idea de visitar Tailandia, sino para explorar su vecina Camboya. Sin embargo, como teníamos algunos días decidimos dedicarlos al norte del país.
Calles de Chiang Mai
¿Por qué no queríamos conocer Tailandia? No lo sabemos muy bien. Probablemente uno de nuestros miedos era encontrarnos con un turismo de alcohol y playa, de desenfreno desmedido y locura máxima. Con turistas a los que les da lo mismo en qué parte del mundo se encuentren con tal de que haya fiesta y cerveza barata (y laughing balloons). Supongo que teníamos miedo de no poder escapar de ese tipo de turismo que sabíamos que atraía a mucha gente hasta Tailandia. Y efectivamente, lo encontramos porque lo hay. Existe y es la parte que no nos gusta de esa explotación turística y que se puede encontrar en tantos sitios, sin ir más lejos en nuestro propio país.
Pero durante el poco tiempo que pasamos en Tailandia, descubrimos el encanto de este país. Éramos reticentes a ir y ahora se nos han quedado demasiadas cosas por conocer. Solo pasamos una semana en el norte. Un tiempo ridículo para conocer un país como Tailandia. Ahora volveríamos sin dudarlo y no los descartamos entre nuestros próximos destinos. Porque hay países a los que sabes que volverás y Tailandia se ha convertido en uno de ellos.
Wat Rong Khun o templo blanco de Chiang Rai
Volver para descubrir el sur y sus playas, para bucear en sus aguas, para seguir comiendo pad thais, para descubrir los platos de comida que nos han quedado pendientes, para descubrir los templos y los miles de Budas que los decoran. Y no hay mejor sentimiento al volver de un viaje que tener la sensación de que quieres volver.