«Welcome to Jordan!» serán las palabras que más oirás en tu viaje por Jordania. No sabemos muy bien quién fue el primero que le dijo a los jordanos que tenían que dar continuamente la bienvenida a los viajeros, pero el caso es que da igual que sea el recepcionista del hotel o alguien que se cruza contigo en coche y decide bajar la ventanilla, todos querrán darte la bienvenida a su país. Es casi una obsesión decir continuamente esta frase al viajero.
«Smile!» será la segunda frase que más se repetirá, muchas veces seguida de la frase anterior. Se empeñarán en que sonrías constantemente, incluso cuando llegues de andar 25 kilómetros por Petra totalmente agotada, te preguntarán por qué no estás sonriendo.
No sabemos de dónde vendrá esta insistencia con estas dos frases. En cualquier caso, los jordanos están acostumbrados al viajero y les gusta hacernos sentirnos cómodos en su país. Con Petra dentro de sus fronteras, es fácil imaginarse que estén acostumbrados al turismo, ya que muchos venimos a su país con el ánimo de conocer esta actual maravilla del mundo moderno.
Street art en las calles de Ammán
También puede que sea el reflejo del carácter hospitalario de los jordanos, ya que es un pueblo que está acostumbrado a acoger a miles de refugiados. Esto ha sido así a lo largo de su historia. En Jordania casi un 31% de la población proviene de Palestina y actualmente, tras la guerra en Siria, se calcula que un 10% de refugiados sirios viven en Jordania. Para hacer frente a esta crisis humanitaria tuvieron que construir uno de los mayores campos de refugiados: Zaatari, situado en el norte del país. No solo palestinos y sirios han sido acogidos por los jordanos, sino que libaneses o iraquíes también llegaron también a Jordania, en otras crisis humanitarias. Con estos datos, no es de extrañar que para el pueblo jordano sea algo normal acoger a refugiados.
Calles de Ammán
Geográficamente hablando, Jordania es como un remanso de tranquilidad dentro del caos o como un oasis en el desierto. Limita con Siria, Irak, Arabia Saudita, Israel y Palestina. Es decir, países que han vivido y viven los conflictos más importantes del siglo XX y XXI. Sin embargo, Jordania goza de una estabilidad económica y social, que no ocurre a su alrededor y está clasificado como un país con un índice de desarrollo humano alto, lo que hace que tenga una economía emergente en comparación con los países de su entorno y lo que explica la llegada y la recepción de refugiados.
Jordania no ha sido un país que nos haya sorprendido muchísimo, quizas nos recordaba en algunos aspectos a Egipto o Israel y Palestina y por eso nos ha parecido que visitábamos un país ya conocido y familiar. Pero aunque el grado de sorpresa no ha sido tan grande como en otros viajes, la visita a Jordania nos ha encantado y es un país lleno de posibilidades.