En Anantapur, en una de las zonas más pobres y necesitadas de la India, se encuentra la Fundación Vicente Ferrer (FVF), una ONG de desarrollo comprometida con el proceso de transformación de los estados de Andhra Pradesh y Telangana y de las comunidades más vulnerables y en riesgo de exclusión, incluidos los dalit, los grupos tribales y las castas desfavorecidas.
Nosotras conocíamos la FVF desde hace muchos años porque nuestra madre colabora con ellos y tiene apadrinados a dos niños. A raíz de nuestra primera visita a la India y de conocer la ONG española Semilla para el Cambio, nuestro sueño era ir al sur del país, casi con el único objetivo de ir a Anantapur y conocer la FVF.
Tumba de Vicente Ferrer
Por eso, al planear la ruta por el sur de la India, no dudamos en incluir Anantapur en nuestro trayecto. En este post queremos contarte nuestra experiencia, qué tienes que hacer si tu también quieres conocerlos y sobre todo, queremos contarte todo lo que ha hecho de los días que pasamos en Anantapur unos días inolvidables.
¿QUÉ TENGO QUE HACER PARA VISITAR LA FVF?
Si quieres visitar la FVF debes saber que la estancia puede durar un máximo de 4 días y 3 noches y tienes el alojamiento y las comidas incluidas. Para ello, si viajas por libre debes ponerte en contacto con ellos a través de su página web y rellenar el formulario que te enviarán con los datos de tu viaje a Anantapur.
CÓMO LLEGAR A ANANTAPUR
India es enorme y planear un viaje “corto” por este país es muy difícil porque tienes que lidiar con las grandes distancias y corres el riesgo de perder mucho tiempo desplazándote. Anantapur es una ciudad que se sitúa en el estado de Andhra Pradesh y se puede decir que está bastante alejada de los “sitios turísticos” que seguro quieres incluir en tu ruta por el sur de país. Sin embargo, y aunque pueda parecerte una pérdida de tiempo desplazarte hasta Anantapur, estamos seguras de que la desviación merecerá la pena.
Puedes llegar a esta ciudad de diferentes maneras. Lo más sencillo es volar a Bangalore desde cualquiera de los aeropuertos importantes de India (Delhi, Mumbai o Kochi) y de ahí tardarás unas 3 o 4 horas en llegar a Anantapur. Puedes ir en uno de los muchos trenes que salen de Bangalore hasta Anantapur o si lo prefieres puedes ir en taxi privado (3500-4000 INR). Una vez en la estación de trenes debes tomar un tuk-tuk hasta el Campus, que lo conocen por las iniciales RDT (Rural Development Trust). Se tarda aproximadamente 10-15 minutos y suele costar entre 80-100 INR, dependiendo de tus dotes de regateo. Una vez allí te estarán esperando.
EL CAMPUS
El Campus principal de la FVF se conoce con las iniciales RDT (Rural Development Trust) y es donde están las oficinas principales y desde donde se coordina todo el trabajo de la FVF. Durante tu estancia en Anantapur el Campus será tu hogar. Dispondrás de una habitación y aquí encontrarás la cantina donde podrás desayunar, comer y cenar. El punto de encuentro para iniciar las visitas a los proyectos es la oficina de apadrinamiento que está en la entrada el Campus.
El comedor del Campus
LA VISITA A LOS PROYECTOS
Ahora te queremos contar los proyectos que visitamos durante los tres días que pasamos allí y nuestra experiencia, donde intentaremos transmitiros la emoción que sentimos.
Proyecto “De Mujer a Mujer”
El primer día en la FVF nos llevaron a conocer el proyecto de «De Mujer a Mujer» a una de las aldeas de la zona. Llegamos allí y un grupo de unas 30 mujeres nos estaban esperando, curiosas, sonrientes, expectantes. Nosotras estábamos igual: no podíamos parar de mirar cada uno de sus rostros, devolverles las sonrisas, hacernos cómplices con las miradas por unos momentos. El proyecto pretende lograr el empoderamiento y el avance de las mujeres de las comunidades y de las castas más desfavorecidas de la India. En un país donde casi el 50% de la población son mujeres, ellas mismas y el resto de las comunidades deben comprender la importancia de su empoderamiento. Por eso el proyecto busca que estas mujeres se empoderen a través de los llamados sanghams, asociaciones de mujeres que se reúnen periódicamente y en los que comparten inquietudes e intereses, hablan de sus problemas y en los que se les ayuda a conseguir fuerza para luchar por sus derechos. Se promueve también el acceso a la educación de mujeres y niñas y se lucha contra la violencia hacia las mujeres. Además también se promueve su independencia y autonomía económica concediéndoles un microcrédito para que puedan crear negocios propios. Para estas mujeres del ámbito rural este proyecto supone una oportunidad real de seguir adelante.
ELLAS
Allí fueron ellas las que tomaron la palabra y las que nos contaron sus propias experiencias. Nos contaban la oportunidad que para ellas significa poder formar parte de estas asociaciones, donde hablaban de sus problemas. También nos contaron cómo con el dinero que les daba la FVF habían podido comprar un par de cabras o un buey y cómo eso había contribuido a la economía familiar. Quizás lo más emocionante fue cuando algunas nos explicaron que parte de este dinero lo invertían en la educación de sus hijos e hijas, pues querían para ellos lo que ellas no habían podido tener. Se levantaban a contárnoslo tímidamente y animándose las unas a las otras. Nos miraban y nos sonreían y nosotras les devolvíamos esa sonrisa. Hubiéramos querido decirles que eran las mujeres más valientes, más fuertes y más admirables que habíamos conocido. La emoción y las ganas de llorar contenidas nos lo impidieron pero a veces las miradas dicen más que miles de palabras.
A día de hoy, no podemos parar de pensar en la inmensa labor que realiza la FVF y a veces no podemos parar de pensar en ELLAS. Son mujeres fuertes, mujeres que sonríen, mujeres que luchan, mujeres que sufren. Mujeres empoderadas, mujeres que se apoyan y luchan por sus derechos. Mujeres que toman conciencia de la importancia de ser mujeres, de transmitir a sus hijos e hijas una educación. Mujeres valientes y luchadores. Orgullosas de ser mujeres y nosotras, como mujeres, solo podemos estar totalmente maravilladas y abrumadas por la visita al proyecto “De mujer a mujer”.
Proyectos de personas con discapacidad
En la India el número de personas con discapacidad oscila entre el 5% y el 8% de la población y el 75% de este colectivo vive en zonas rurales. Como puedes imaginarte las posibilidades para que este colectivo se desarrolle personal y socialmente son mínimas ya que, no solo son rechazados por las comunidades, sino que en muchos casos también son rechazados por sus propias familias.
La educación es fundamental para romper con la exclusión y por eso la FVF cuenta con diversos centros residenciales para niñas y niños especializados en discapacidad intelectual, visual, auditiva y parálisis cerebral. En estos centros residenciales se les ofrece una educación, se les da acceso a la salud y a otros servicios básicos. El objetivo es que aumente su autonomía y la independencia económica y familiar.
Aulas del centro residencial para niñas con discapacidad intelectual
Nosotras fuimos a visitar uno de esos centros residenciales para niñas con discapacidad intelectual. Nos recibieron dos profesores con los que charlamos sobre la situación de niñas, las rutinas de la escuela, etc. También nos enseñaron las instalaciones: unas aulas preciosas, pintadas con dibujos didácticos que eran una maravilla. Dos niñas se nos acercaron, sonreían y buscaban nuestra complicidad. Nos llevaron a una sala donde estaban las niñas, que en ese momento estaban viendo la tele y ante la novedad salieron todas a recibirnos. Fue un momento que no nos esperábamos. Al principio no supimos muy bien cómo reaccionar, luego vimos que una sonrisa era una buena manera de comenzar. Para no alterar su rutina, nos marchamos al cabo de poco tiempo.
Proyecto de Sanidad
En una zona rural como Andhra Pradesh donde las poblaciones rurales están alejadas entre ellas y también alejadas de los núcleos urbanos, el acceso a una atención médica de calidad es deficiente. Además de ser realmente cara. Por eso la FVF tiene en funcionamiento 13 clínicas rurales (dos de ellas móviles) que permiten recibir tratamientos básicos. Además también ha puesto en marcha 3 hospitales generales (Bathalapalli, Kanekal y Kalyandurg). El hospital Bathalapalli tiene, además, un departamento especializado en pediatría con una Unidad de Cuidados Intensivos y un Hospital de Enfermedades Infecciones.
Nosotras pudimos visitar las instalaciones de Bathalapalli, el hospital más grande de la FVF y quedamos realmente impresionadas, a pesar de que era domingo y no había mucho ajetreo. Es un hospital abierto, lleno de patios donde esperan las familias. En el mismo recinto inmenso está también la escuela de enfermería y residencia para las estudiantes, casas para los trabajadores y un centro para discapacitados psíquicos. La gente nos miraba curiosa y en un momento de la visita, pasando por la zona de maternidad, una familia nos paró. Acaban de tener un niño y nos pidieron sacarnos una foto, asía que posamos y sonreímos.
Hospital de Bathalapalli
Apadrina a un niño
Desde hace más de 20 años la FVF trabaja a través de apadrinamiento de niños, que ha resultado ser una de las estrategias más estables y exitosas en la lucha contra la erradicación de la pobreza. Con una mínima aportación de 9 euros al mes, los niños y niñas apadrinados y apadrinadas acceden a la sanidad y la educación. Pero no solo eso, sino que la familia y la comunidad donde residen también se ven beneficiada, ya que el progreso del niño o niña no puede ser aislado y se tiene que fundamentar en el progreso de su familia.
Si visitas la FVF, tienes la posibilidad de visitar y conocer a tu apadrinado o, como en nuestro caso, a los chicos que mi madre tiene apadrinados desde hace años. Para ello, solo tienes que anotar el número de referencia en el formulario que envíes para visitar la FVF. Ellos se encargan de la visita y te podemos asegurar que es una de las cosas más emocionantes y emotivas que hemos vivido hasta ahora.
Nosotras fuimos a visitar a los dos chicos que tiene mi madre apadrinados, Niranjan y Akhil, que viven en una pequeña comunidad llamada Mannila, no muy lejos del Campus. Fuimos a primera hora de la mañana. Llegamos primero a casa de Niranjan y allí estaba esperándonos toda la familia y más gente de la comunidad. Llegamos y saludamos a todo el mundo. Con ayuda de nuestro intérprete nos presentamos, nos contó que estaba estudiando en la escuela del gobierno y que quería ser técnico de laboratorio. Era muy tímido y la situación creo que le ponía más nervioso. Pero nosotras también estábamos nerviosas. El padre tomó la palabra y nos contó que era uno de los encargados del centro de educación de la comunidad y nos agradeció que estuviéramos allí de visita. Esta vez queríamos hablar pero sabíamos que se nos iban a saltar las lágrimas. Sin embargo, lo hicimos y entre lágrimas les agradecimos el recibimiento, les expresamos cuanto le hubiera gustado a nuestra madre estar ahí para conocerlos y que estábamos orgullosas de que nuestra aportación fuera tan importante para ellos. Después de la charla nos hicimos unas fotos que quedarán para el recuerdo y nos pusimos en camino a casa de Akhil.
Visitando a los chicos apadrinados de mi madre
La familia de Akhil nos recibió de forma calurosa y se repitió el mismo ritual. Nos contó cómo él había dejado de estudiar para ponerse a trabajar para ayudar a su familia. Pensaba que esta vez no se me escaparían las lágrimas pero entonces la abuela de Akhil alzó la mano y dijo que estaba emocionada y agradecida por nuestra visita. Como os podéis imaginar, a nosotras se nos volvieron a saltar las lágrimas. Nos levantamos y nos hicimos unas fotos para recordar el momento. Había llegado el momento de irnos y nos despedimos de todos ellos, con una sonrisa bien amplia y realmente agradecidas.
La visita a los niños y niñas apadrinados es algo emocionante y desde luego es uno de los recuerdos más bonitos que guardamos de la Fundación.
Comercio justo
El proyecto de Comercio Justo es uno de los proyectos más recientes de la FVF. Desde 2001 trabajan por combatir la fuerte discriminación que padecen las mujeres con discapacidad en la India Rural. La FVF tiene 11 talleres-residencia donde las mujeres reciben formación continua en técnicas de producción artesanal y donde realizan productos preciosos que luego puedes comprar en la tienda que tienen en el Campus o en sus tiendas online. De esta manera, ayudas a que este proyecto sea sostenible. Nosotras te recomendamos aprovechar y comprar tus recuerdos del viaje ahí, ya que todo lo que hacen es delicado, único y precioso.
Nosotras fuimos a ver diferentes talleres. Por un lado, visitamos los talleres donde trabajan con papel y cartón y pudimos comprobar que muchos de los productos de la tienda estaban hechos de papel. También nos acercamos a ver el taller de reciclaje de papel y donde hacían los libros. Estos libros se reparten entre los niños y niñas de las escuelas por lo que te das cuenta que todos los proyectos de una manera u otra están relacionados y forman parte de una enorme cadena que se retroalimenta. La FVF también tiene un taller de estampación en el que participan mujeres, en este caso sin discapacidad, que estampan telas y que luego las venden en la tienda de estampación.
Regalos bonitos de la tienda de la FVF
Escuela profesional de idiomas
La FVF tiene también una Escuela Profesional de Idiomas, que está situada a escasos 5 minutos en tuk-tuk del Campus Principal. Nosotras fuimos a visitar este proyecto con José Antonio, cooperador de FVF y coordinador de este proyecto. José Antonio nos explicó en que La FVF ofrece al año unas 160 plazas para jóvenes universitarios con el objetivo de formarles en una segunda lengua (español, francés o alemán), que les ayudará a conseguir un buen trabajo. Durante esta formación también se mejora el inglés y las habilidades sociales y tecnológicas. Además es una escuela residencia por lo que los chicos viven allá.
Esta formación recibe una cantidad enorme de solicitudes y es que en la mayoría de los casos acaban trabajando en grandes empresas, lo que supone un ingreso económico importante con el que muchas veces ayudan a sus familias. Los profesores que están son voluntarios, que se quedan un mínimo 3 meses enseñando uno de los tres idiomas. Siempre buscan voluntarios así que si quieres ir allí a colaborar puedes ponerte en contacto con ellos a través de este enlace.
Era lunes y los chicos estaban en clase así que aprovechamos para entrar y saludar al grupo de alemán. Nos recibieron curiosos y nos presentamos en alemán. Algunos de ellos, animados por su profesora, tomaron la palabra. Fue impresionante ver el nivel del idioma que tenían tras unos meses y es admirable las ganas y el entusiasmo que le ponen. Fue muy divertido.
Estos son los proyectos que nosotras visitamos durante nuestra estancia pero además la FVF tiene otros que a nosotras no nos dio tiempo a ver, como por ejemplo un proyecto de educación, un proyecto de hábitat para dotar a las familias de una vivienda digna o el proyecto de ecología que pretende conservar el suelo en una zona con una situación de sequía crónica.
CHARLA CON ANA FERRER
La última tarde tuvimos la oportunidad de tener una charla de más de una hora con Ana Ferrer, una mujer fuerte y comprometida que lleva toda su vida dedicada a los demás. Llegó muy joven a la India donde estuvo trabajando de periodista y, realizando una entrevista, conoció a Vicente Ferrer. Los dos pusieron en marcha el proyecto de la Fundación y a día de hoy, y tras la muerte de Vicente en 2009, es uno de los pilares fundamentales de la FVF.
Durante el tiempo que pasamos con ella nos contó cómo empezaron Vicente y ella este inmenso proyecto y las diferentes fases por las que habían pasado. Ahora la FVF es un proyecto consolidado y después de 50 años trabajando nos habló de las dificultades que se pueden plantear en un futuro que básicamente son seguir creciendo pero sobre todo mantener y hacer sostenible el proyecto.
A raíz de esto, nos explicó un proyecto muy emocionante. Hace poco habían ideado el sistema de huchas. Los propios indios de la zona también quieren colaborar con la FVF y para ello, en una hucha van guardando durante un año algo de dinerito, aportaciones mínimas para nosotros pero que para ellos suponen un esfuerzo. Ana nos contó lo que habían recaudado ese año, una gran cantidad de dinero que se invirtió en el mantenimiento de las instalaciones de los hospitales. y de cómo se plantean los próximos años. Desde luego, poder charlar con ella es una oportunidad de conocer mejor la fundación y que mejor manera que de la mano de ella, que lo ha hecho posible.
Taller de estampación
La FVF te lo pone fácil si quieres ir a conocerlos. Tienen las puertas abiertas de par y par y te reciben con todo el cariño del mundo. Además, es una visita que emociona, que es maravillosa y que sin duda no te dejará indiferente. Para nosotras es una parada casi obligatoria si vas a estar por el sur de India y desde luego te animamos a ir, ya que realmente las palabras se quedan vacías cuando una lo ve con sus propios ojos.
Ha sido muy emocionante leer éste blog y espero poder visitar la FVF por lo menos una vez en la vida