Todos sabemos que Instagram es una fuente de inspiración para todo viajero. En esta red social se comparten infinidad de fotos y se muestran muchísimos rincones del mundo, por lo que a la hora de planificar un viaje se ha convertido en un instrumento fundamental para buscar lugares llamativos.
Fue ahí donde descubrimos Las Coloradas. «¿Cómo? ¿Un lago con agua de color rosa en México? ¡Esto tenemos que verlo con nuestros propios ojos!». Así que investigamos dónde estaba y lo marcamos en el mapa del viaje por la península de Yucatán.
¿Cómo no querer ver esto?
Las Coloradas es un pueblo pesquero situado en el norte de la península del Yucatán que se ha hecho famoso por la Laguna Rosa. En esta localidad hay una salina y la concentración de los depósitos de sal y microorganismos ha hecho que el agua de Las Coloradas se tiñan de este peculiar tono rosado. Lagos similares se pueden encontrar en Valencia, Australia o Senegal. Con todos estos datos, visitamos Las Coloradas esperando encontrarnos un paisaje chulísimo, en el que disfrutar de la fotografía, para luego por supuesto fardar en Instagram. Pero nada más lejos de la realidad y por eso nos gustaría contaros nuestra experiencia.
Hay dos formas de visitar Las Coloradas:
- A través de un tour desde Río Lagartos en barca.
- Por tu cuenta, accediendo en coche al pueblo de Las Coloradas.
LAS COLORADAS DESDE UNA BARCA
Desde Río Lagartos, un pueblo de pescadores que queda dentro de la Reserva de la Biosfera de Ría Lagartos, se ofrecen tours en barca para ver esta reserva. Nosotros nos recorrimos el embarcadero la tarde anterior y, hablando con los barqueros, nos decantamos por hacer un tour privado a las 07.00 am, ya que nos dijeron que la mejor hora para ver la reserva y sus especies era al amanecer o al atardecer.
El tour fue precioso. Pudimos ver manglares, garzas, ibis, cocodrilos y algún flamenco. Tened en cuenta que, cuando se trata de ver animales en libertad, no siempre puedes tener suerte de avistarlos. Nosotros fuimos en noviembre y vimos unos 5 flamencos, pero en temporada (de abril a septiembre) puedes ver cientos juntos. Después de un paseo, nos pararon a ver la Laguna Rosa, pero ya os aviso: el amanecer y el atardecer son las peores horas para ver esta laguna en todo su esplendor. Esto obviamente no te lo dice nadie cuando contratas el barco. En el tour te paran para que te acerques a ver el color del agua y a esas horas es bastante difícil intuir siquiera el color rosa.
A la derecha, color azul; a la izquierda, ¿el rosa?
Así que si os decantáis por ver la Laguna Rosa desde un barco, tened en cuenta que cuánto más alto se encuentre el sol, más intenso será el color del agua.
LAS COLORADAS POR TU CUENTA
Para ver un poco el color rosa que se supone que caracteriza a esta laguna, nos acercamos por la tarde en coche hasta el pueblo de Las Coloradas. Es fácil saber que estás llegando porque podrás ver la gran salina. Nada más divisar una orilla de color rosa, nos paramos con el coche a ver qué se veía. Cual fue nuestra sorpresa, que nada más parar el coche, un par de chicos en motos se nos acercaron para avisarnos que ese no era el punto más bonito, que fuéramos más adelante y que ellos nos harían de guías, ya que para ver la Laguna Rosa hace falta un guía obligatoriamente. Nosotros, un poco escépticos con este abordaje, preguntamos por la entrada oficial, ya que si realmente era necesario pagar y que un guía fuese contigo, habría una taquilla. La respuesta que recibimos fue que no funcionaban con tickets.
Ni cortos ni perezosos, nos dirigimos al punto de entrada y efectivamente, un grupo de 10-15 chicos con motos, nos abordaron en en la entrada para que les pagásemos 50 pesos para entrar a un recinto con una señal de “propiedad privada”. No tengo nada en contra de pagar por visitar algo, pero solo si se trata de algo oficial y no bajo mano. Se veía claramente que estos chavales se habían adueñado de la entrada, debido a la gran llegada de turistas a ese lugar para poder sacarse un dinero. Esto es lo que yo considero un timo en toda regla.
No tenemos que olvidarnos que cuando somos turistas, estamos visitando lugares ajenos, que son las casas de otras personas. Creemos que si pasamos por ahí unas horas y contribuimos al timo de pagar solo por hacer una foto bonita, no estamos haciendo que este lugar esté controlado, cuidado, y por lo tanto, que haya un turismo responsable. Todos queremos ver las cosas cuidadas y para ello tenemos que respetar el entorno que nos rodea. Creemos que este tipo de acciones no favorecen al turismo responsable, por lo que no todo justifica una foto, únicamente porque sea popular en las redes sociales.
Ahí también se supone que se ve el color rosa
CONCLUSIÓN: NO PAGAR
No digo que no haya que visitar Las Coloradas. El pueblo merece la pena visitarlo y esta localidad no tiene culpa de que este punto se haya puesto de moda en las redes sociales. Además, el camino para acceder a él es una bonita carretera entre el mar y manglares. Pero yo no pagaría para que me dejaran entrar al recinto hasta que no se regule.
Lo que más rabia nos dio es habernos creído que iba a visitar un lugar idílico, una bonita Laguna Rosa, por la que dar un paseo por las orillas y disfrutar de hacer unas fotos “originales”. Ya sabíamos que se trataba de una salina, así que tampoco os creáis que nos imaginábamos encontrar un lugar de perdido y mágico. Pero no contábamos con que íbamos a encontrarnos un descampado y que íbamos a ser abordadas por unos chavales en moto que no nos dejaron en paz hasta que se dieron cuenta que no íbamos a pagar.
Laguna Rosa de Las Coloradas
Pero para que veáis que no es oro todo lo que reluce en las redes sociales, mirad os dejamos las fotos que hice y haceros la siguiente pregunta: Si no hubierais leído esta entrada y solo hubierais visto las fotos, ¿no estaríais deseando visitar este lugar?