Chile es un país que sentimos cercano desde que vivimos en Berlín. No, tranquilos, no nos hemos vuelto locas y sabemos que Chile está muy lejos de Berlín. Exactamente a 12.756 kilómetros. Pero la multiculturalidad de Berlín nos ha permitido conocer a gente de muchas nacionalidades y hemos tenido la suerte de coincidir con varios chilenos y chilenas que han pasado a ser muy buenos amigos en la ciudad. Es por eso que, aunque geográficamente Chile está muy lejos, es un país que sentimos cercano.
Paisajes de San Pedro de Atacama
Y precisamente ésta fue la razón de la elección de Chile como destino de viaje: visitar a unos buenos amigos. Chile no ocupaba los primeros puestos de esa lista mental que tenemos en la cabeza de lugares que queremos conocer. Sin embargo, una cosa sí teníamos clara y es que nuestra visita al país tenía que coincidir con el año que pasarían nuestros amigos en su país.
Aunque Chile no ocupara los primeros puestos de la lista mental de países que visitar, hay lugares de este país que ansiábamos conocer. Por ejemplo, San Pedro de Atacama y la Isla de Pascua eran algunos de nuestros sueños viajeros. El primero lo hemos podido cumplir. El segundo queda pendiente.
Pese a que no hemos podido ir a la lejana Isla de Pascua, el viaje a Chile ha sido bacán. Hemos visto la imponente cordillera de los Andes nevada, hemos disfrutado de volcanes humeantes, nos hemos bañado en termas espectaculares con una temperatura exterior de 5 grados, hemos visto paisajes alucinantes en San Pedro de Atacama, hemos ascendido a más de 4.500 metros de altitud, hemos visto fauna y flora que no existe en nuestros país. El viaje ha sido la raja.
Paisajes de Pucón
Lo más fome del viaje ha sido el clima, pero ya contábamos con ello. Al ir en julio nos hemos enfrentado al invierno en el hemisferio sur. A nosotras el frío nos ha dado igual, pero hemos tenido la mala suerte de que nos tocara el invierno más lluvioso de los últimos 15 años. Pero como el clima es lo único que no se puede contratar, como se suele decir en estos casos: al mal tiempo, buena cara.
La gastronomía chilena tampoco ha sido lo mejor del viaje. Hemos bebido hartas chelas, hemos comido palta, choclo, empanadas, completos. También degustamos un buen asado con pebre. Pero aún así, aunque todo lo que probamos estaba rico, tuvimos la sensación de que no se trata de una gastronomía muy elaborada y a ratos resultaba repetitiva.
En Chile no sientes un choque cultural muy grande y, en parte, hablar el mismo idioma hace que te sientas en casa. Ya te hemos contado que una de las cosas que más disfrutamos de México y Cuba fue el poder comunicarnos en español. Viajar hablando el mismo idioma te acerca a la gente aún más y hace que sientas el país muy cercano. Eso sí, en Chile a veces cachais poco. Aunque se hable español, usan muchas palabras muy diferentes a las nuestras, por lo que basta una sola frase para no entender nada. Pero lo enriquecedor es aprender palabras y expresiones nuevas, así de este viaje nos volvemos con la jerga chilena realmente aprendida.
Termas geométricas en Chile
Nos hemos dejado muchas cosas pendientes en Chile, sobre todo se nos queda la gran espina clavada de no haber ido a Isla de Pascua. Razón suficiente para volver hasta esa parte del mundo que tan lejana nos queda. Y ya de paso veremos el sur, ese sur del que todos los chilenos te cuentan maravillas. Así que Chile, has sido un país maravilloso, un viaje que necesitábamos hacer, que nos ha recargado pilas y al que estamos seguras que volveremos.
