Los nyangatom son un grupo seminómada que habita en las regiones fronterizas entre Etiopía y Sudán del Sur, en una zona conocida como el Triángulo de Ilemi. Aunque tienen poblaciones que residen en ambos países, los nyangatom son considerados tradicionalmente más etíopes que sursudaneses, ya que en Etiopía viven unos 11.000 individuos, mientras que en Sudán del Sur habitan unos 6.000 nyangatom.
El nombre de nyangatom significa “pistolas amarillas” y viene del nombre con el que habían sido designados los antepasados nyangatom que llegaron desde Uganda, despreciados como “comedores de elefantes” (nyam-etom). Así transformaron este apodo en “pistolas amarillas” (nyang-atom), que es como se les conoce hoy en día. A veces también se les llama “bume”, pero esto es un nombre peyorativo que significa “los que huelen mal”.
Mujeres nyangatom
Los nyangatom forman parte del conjunto étnico más amplio conocido como los karimojong, que se distribuye en cuatro países: Uganda (karimojong, jie y dodos), Kenia (turkana), Sudán (toposa y jiye) y Etiopía (nyangatom). De todos estos grupos étnicos los Nyangatom están estrechamente relacionados lingüística y étnicamente con los toposa de Sudán del Sur: ambos grupos étnicos hablan lenguas nilo-saharianas muy similares.
Si visitas el Valle del Omo, puedes ir a conocer a este grupo étnico. Los nyangatom habitan cerca de la ciudad Kangate y allí hay varias aldeas que puedes visitar. Además, se puede acampar con los nyangatom y, aunque nosotras no lo hicimos, es una experiencia que te recomendamos ya que es la mejor forma de conocer de cerca las tradiciones de este u otros grupos étnicos. En este post te queremos contar todo lo que necesitas saber para visitar la etnia nyangatom.
HISTORIA Y ORÍGENES
Como ya te hemos comentado antes, los nyangatom forman parte de un grupo más amplio, el grupo Karimojong y, aunque se conoce poco sobre la historia del pueblo nyangatom, la etnohistoria sugiere que los nyangatom llegaron al valle del Bajo Omo a mediados del siglo XIX desde el norte de Uganda, desde donde emigraron con sus rebaños hasta asentarse en su ubicación actual: el triángulo de Ilemi. Esta región es una de las áreas fronterizas más disputadas de África, involucrando a Sudán del Sur, Etiopía y Kenia.
Históricamente, los pueblos de esta región (turkana, didinga, toposa, nyangatom y dassanech) lograban acuerdos que mantenían una convivencia relativamente pacífica. Sin embargo, desde que los británicos y etíopes establecieron las fronteras en 1907 y desde la introducción de armas automáticas en la región, las disputas se han intensificado. El triángulo de Ilemi es un lugar extremadamente peligroso, con frecuentes robos de ganado y pérdida de vidas.
Esta inseguridad en el triángulo de Ilemi ha obligado a los nyangatom a modificar sus rutas de nomadismo, evitando esta región conflictiva. Los nyangatom mantienen alianzas estratégicas con algunos pueblos, como los toposa, con quienes comparten intereses culturales y económicos. Sin embargo, también tienen enemigos históricos como los surma y los turkana, con quienes compiten por pastos y recursos. En la década de 1990, lograron expulsar a los Surma hacia el norte, estableciendo asentamientos estratégicos cerca del monte Naita.
Hoy en día, la mayoría de los jóvenes nyangatom, como los de otros pueblos vecinos, portan armas automáticas. Estas se utilizan tanto para defender el ganado como para ataques a otros grupos y para la caza furtiva en los parques nacionales de la región. Esto ha llevado a una alarmante disminución de jirafas y elefantes, que anteriormente eran abundantes.
Mujer nyangatom
LOS POBLADOS NYANGATOM
El territorio que habitan los nyangatom es árido y rocoso, con un clima cálido y escasas lluvias. En estas condiciones difíciles, los nyangatom combinan la agricultura y la ganadería para sobrevivir. Cultivan sorgo, maíz, soja y tabaco en las fértiles riberas de los ríos Omo y Kibbish, mientras crían principalmente ganado cebú y burros, esenciales para su modo de vida nómada. Los nyangatom llevan una vida seminómada y durante la época seca (noviembre a febrero), abandonan temporalmente sus asentamientos para buscar pastos más verdes para sus animales.
Durante nuestro viaje por el Valle del Omo visitamos un poblado nyangatom donde fuimos recibidos por las mujeres y los niños de este grupo étnico. Como es habitual, los hombres no suelen estar durante el día en los poblados, ya que se encuentran con el ganado. Los asentamientos de los nyangatom presentan una disposición única y característica, organizada en dos círculos concéntricos protegidos por empalizadas de madera: el círculo exterior está reservado para los corrales, donde se resguarda el ganado, mientras que el círculo interior es el espacio habitacional, donde se distribuyen las pequeñas cabañas que albergan a las familias..
Las viviendas, construidas con madera y cubiertas de paja, tienen una forma que recuerda a iglús con techos puntiagudos. Además, cerca de las casas suelen encontrarse hórreos elevados, que utilizan para almacenar sorgo y otros granos esenciales para su subsistencia. Son las mujeres quienes se encargan de levantar las viviendas y, de hecho, durante nuestra visita pudimos ver como una mujer estaba construyendo su vivienda.
Poblado nyangatom
ESTÉTICA DE LOS NYANGATOM
Entre los nyangatom, la estética de hombres y mujeres ofrece un marcado contraste. Los hombres nyangatom, altos y delgados como suele ser característico en los nilóticos, visten con una indumentaria sencilla. Aunque no destaca por prendas llamativas, suelen llevar pequeños sombreros y peines decorativos enganchados en el cabello, elementos que añaden un toque personal a su imagen.
En cambio, las mujeres nyangatom son fácilmente reconocibles por su ornamentación. Suelen vestir faldas confeccionadas con piel de cabra y a veces llevan el torso al descubierto. Lo más distintivo de las mujeres nyangatom es la enorme cantidad de collares que portan. Son espectaculares. Estos accesorios no solo forman parte de su estilo personal, sino que también reflejan su edad y estatus. A medida que pasan los años, las mujeres añaden más y más collares, convirtiéndose en un símbolo de acumulación y experiencia. Originalmente, estos collares se elaboraban con semillas naturales. Sin embargo, con el tiempo, han sido reemplazados en gran medida por cuentas de colores, que les otorgan un aspecto moderno y vibrante sin perder su esencia cultural. Además, algunas mujeres nyangatom se distinguen por realizarse un pequeño agujero debajo del labio inferior, en el que colocan tubos o aros decorativos que realzan su estética y reflejan su identidad cultural.
Mujer nyangatom con collares
Los hombres y mujeres nyangatom también practican la escarificación. En muchos grupos étnicos las mujeres se escarifican principalmente con fines decorativos, pero las mujeres nyangatom atribuyen a esta práctica un valor curativo. Según sus creencias, las escarificaciones poseen el poder de sanar diversas dolencias, motivo por el cual es común observar a muchas de ellas con estas marcas en el abdomen.
Los hombres nyangatom practican la escarificación como símbolo de valentía en el combate y suelen llevar cicatrices en su pecho y brazos, que representan a un enemigo abatido. Estas marcas no solo demuestran su destreza como guerreros, sino que también refuerzan su prestigio dentro de la comunidad.
LA ORGANIZACIÓN SOCIAL DE LOS NYANGATOM
La sociedad nyangatom está estructurada en clanes patrilineales y un sistema generacional que define las relaciones y roles dentro de la comunidad. Este modelo asegura la preservación de sus tradiciones y la continuidad de su identidad cultural.
Los nyangatom están divididos en aproximadamente 25 clanes, cuya membresía se transmite por línea paterna. Esto significa que los hijos heredan el clan de su padre. Los clanes varían en tamaño, desde pequeños grupos de unas pocas personas hasta comunidades con varios cientos de miembros. Este sistema garantiza un sentido de pertenencia y organización dentro de la sociedad.
Mujer haciendo una trenza a un niño
Además de los clanes, los nyangatom organizan su vida social en torno a un sistema generacional único en la región. Cada generación de hombres da paso a la siguiente, que incluye tanto a hombres como a mujeres. A cada generación se le asigna un nombre que simboliza su identidad social, inspirado en elementos del entorno, como «Perros Salvajes», «Cebras» o «Elefantes». Este sistema también conecta a las generaciones entre sí y les otorga una autonomía política con respecto a las anteriores.
Los roles dentro de la sociedad están claramente definidos. Los ancianos permanecen en el pueblo, mientras que los hombres adultos cuidan el ganado, y las mujeres se encargan de ordeñarlo. Los jóvenes, antes de ser considerados parte activa de la comunidad, deben pasar por un rito de iniciación. Este ritual, observado por toda la aldea, consiste en matar un toro de un solo golpe de lanza, perforando su hígado para asegurar una muerte rápida y minimizar la pérdida de sangre. Este acto demuestra que están listos para proteger y cuidar de su tribu.
Una vez iniciados, los jóvenes asumen su rol como guerreros y defensores del ganado y la comunidad. Se arriesgan constantemente para garantizar la seguridad y la supervivencia de su pueblo. Así, el sistema de clanes y generaciones de los nyangatom asegura que cada nueva generación esté preparada para enfrentar los desafíos del mañana y mantener viva la esencia de su cultura.
Mujeres nyangatom