Etiopía es un país con una historia fascinante que apenas se conoce y que abarca desde los albores de la civilización humana hasta la actualidad. Es uno de los estados más antiguos de África y del mundo y, excepto un período de 6 años, es el único país africano que nunca fue colonizado por los europeos. Quien visita Etiopía necesita dedicar un poco de tiempo a sumergirse en su historia, por eso en este post nos gustaría contaros la historia de Etiopía.

 

¿ETIOPÍA, ABISINIA, AXUM O PUNT? 

Antes de sumergirnos en la historia etíope, es necesario hacer una pequeña aclaración con respecto a los nombres que a veces se usan para designar a este país africano.

Etiopía: el nombre actual del país proviene del término que usaron los antiguos griegos para designar a un área más extensa que la actual Etiopía que abarcaba Nubia, Sudán, Etiopía y el desierto de Libia, es decir, todo el territorio al sur de Egipto. El término Aithiopia (Αἰθιοπία) significa “el país de los rostros quemados” o “tierra de los negros”, del griego “aitho” (quemar) y “ops” (rostro), en referencia a la piel oscura de los habitantes de estos lugares. Este término ha sido utilizado desde la época de Homero (siglo VIII a. C.) y aparece en varias obras literarias y documentos históricos. Este nombre fue adoptado en 1943 por el emperador Haile Selassie I y es el nombre oficial del país.

Abisinia: el término “abyssinia” proviene del término árabe “Habasha”, que significa “mezcla” o “mixto” y fue usado por los árabes para designar a las poblaciones heterogéneas de las zonas de la actual Etiopía donde se asentaron. Posteriormente este término fue usado en la literatura y mapas europeos en la Edad Media y Edad Moderna para referirse a la región etíope antes de la consolidación del moderno estado-nación de Etiopía.

Axum: el nombre “Axum” hace referencia a uno de los imperios más poderosos de la antigüedad africana y del que hablaremos a continuación. Axum es un símbolo de la grandeza histórica de Etiopía y es reconocida por sus obeliscos, su papel en el comercio y su temprana adopción del cristianismo.

Punt: en las fuentes del antiguo Egipto se menciona al País de Punt, una zona indeterminada al sur del Mar Rojo a la que se hacían expediciones en busca de materiales como ébano, perfumes como mirra o incienso, marfil o esclavos. No está clara la verdadera localización del País de Punt pero podría estar situado por el cuerno de África, quizás en lo que es hoy el Norte de Etiopía o Eritrea. Si viajas a Egipto puedes ver los relieves que narran una expedición llevada a cabo por la reina Hatshepsut en el siglo XV a. C. en su templo de Deir el Bahari en Luxor.

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Relieve de la expedición al País de Punt de la reina Hatshepsut en Deir el Bahari

 

LA PREHISTORIA ETÍOPE (hace 4 millones de años – 800 a. C.)

Etiopía es la cuna de la humanidad y esto se debe a que en su suelo se han encontrado los restos más antiguos de nuestros antepasados. La prehistoria etíope comienza hace 4 millones de años y se extiende hasta el 800 a. C., con el advenimiento del reino Daamot.

En la evolución de los seres vivos la raya humana se separó de los grandes simios (en concreto de los antepasados de los chimpancés) hace solo unos 6 millones de años y esta separación debió ocurrir en África oriental porque aquí se han encontrado los restos más antiguos de este cambio. El Ardipithecus etiope (que tiene incluso dos especies) fue una especie de pequeños primates que vivieron hace 4,4 millones de años en lo que hoy es Etiopía. Eran primates de cráneo diminuto, con dieta vegetariana, que acababan de bajarse de los árboles y estaban aprendiendo a andar sobre dos patas. En estos momentos la sequedad provocó la desaparición de la selva y esto forzó a estas especies a adaptarse a un escenario de sabana seca.

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Restos de Ardi, el Ardipithecus etíope

Esos primates evolucionaron hacia una especie nueva que es el Australopithecus. Pues bien, en Etiopía se encontró en 1974 el esqueleto más completo y mejor conservado de este antepasado de los humanos que ya caminaban erguidos. Se trata del Australopithecus afarensis que vivió hace 3,3 y 3,2 millones de años. Seguro que te suena el nombre de este Australopithecus afarensis: Lucy. Su esqueleto fue hallado el 30 de noviembre de 1974 en Afar por el equipo de D. Johanson. En seguida se dieron cuenta de la importancia del descubrimiento y, como era una hembra, la llamaron “Deneknesh”, que en idioma amhárico significa “eres maravillosa”. Sin embargo, esa noche en el campamento el equipo de Johanson puso la canción de los Beatles “Lucy in the Sky with Diamonds” y decidieron cambiarle el nombre a “Lucy”, nombre con el que se conoce hoy a este homínido.

De este antepasado de los humanos se han encontrado más restos en suelo etíope. El 21 de septiembre de 2006 se encontró en Dikanka el fósil de una niña de 3 años de 3,3 millones de años de antigüedad y que también pertenecía a la especie Australopithecus afarensis. El descubrimiento fue bautizado como Selam que significa “paz” y es el esqueleto infantil (homínido infantil) más antiguo jamás hallado.

Etiopía es la cuna de la civilización no sólo por los descubrimientos anteriormente mencionados, sino porque es posible que la aparición del moderno Homo sapiens haya tenido lugar en territorio etíope. En la evolución de la especie Homo los primeros restos humanos fueron los Homo habilis (Kenia), Homo erectus (Java) y Homo neanderthalensis (Alemania). En Etiopía se han hallado restos de Homo Sapiens muy antiguos, el llamado Homo sapiens idalu, de unos 160.000 años. Estos restos fueron descubiertos por R. Leaky en 1967 en el sur de Etiopía y se conocen como los hombres de Kibish (Omo I, Omo II y Omo III). Leaky constató que estos restos tenían una bóveda craneal alta y globular, un mentón en la mandíbula y eso los hace miembros incuestionables de nuestra especie. Recientes investigaciones han revelado que este individuo vivió mucho antes de lo que se pensaba (más de 230.000 años).

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Selam, el esqueleto infantil más antiguo (Australopithecus afarensis)

En 1997 un equipo dirigido por Tim White encontró tres cráneos de Homo sapiens idaltu en Herto Bouri, conocidos como el Hombre de Herto y que han sido datados con una antigüedad de unos 158.000 años. Este descubrimiento no se hizo público hasta 2003 y sitúa a especímenes de la especie humana en territorio etíope.

Si nos remontamos a épocas más recientes de la prehistoria nos encontramos útiles líticos de la especie Homo en la región de Afar (achelense, Musteriense..) y en la zona del altiplano se han hallado megalitos y arte rupestre. En los dos primeros milenios antes de Cristo se practicaba la ganadería y agricultura, se conocía la cerámica y tallaban la piedra pero no se había desarrollado la metalurgia. La evolución de las culturas neolíticas en el norte culminó con la aparición de la civilización aksumita en el siglo I a. C., mientras que en el centro y el sur del macizo etíope se extendió hasta el siglo XIV.

 

PERIODO PREAKSUMITA Y PROTOAKSUMITA (siglo IX – siglo IV a. C.)

El primer milenio a. C. se puede dividir en dos etapas: el periodo preaksumita (siglo IX – IV a. C.) y el período protoaksumita (siglo IV – I a. C.).

Periodo preaksumita o reino de Daamot (siglo IX – IV a. C.)

Las únicas referencias a las posibles formaciones políticas de este período de la historia nos las proporciona la epigrafía, en concreto, son 7 las inscripciones que hablan de un reino de DMT (quizás pronunciado Daamat o Daamot), que se cree que fue un estado localizado en el área que hoy se corresponde con Eritrea y el norte de Etiopía durante el primer milenio a. C. Este es el primer reino etíope del que se tiene constancia, pero se sabe muy poco de este periodo.

Se desconoce si la población era indígena o si existía un mestizaje con los sabeos del sur de la península arábiga, ya que en sus últimos siglos de existencia hay indicios de una gran influencia sabea. Sus reyes tenían nombres semitas y usaban el título sabeo (mukarrib). La falta de datos nos impide saber si DMT fue el único estado formado en la región o si hubo más y tampoco sabemos si Daamot se expandió hasta convertirse en el reino de Aksum, si se unió con otros reinos para formar Aksum o si, por el contrario, este último terminó anexionándose el reino de Daamot.

Periodo protoaksumita (siglo IV – I a. C.)

Se entiende por periodo protoaksumita el espacio de tiempo durante el cual se establecieron las bases sociopolíticas de lo que luego sería el reino de Aksum y cronológicamente este período abarca los últimos siglos del primer milenio a. C., que suponen un cambio con respecto al periodo anterior. Entre estos cambios destacan el reducido número de inscripciones que se hallan en este momento y la reducción de las influencias culturales al tiempo que aumentan las procedentes del Valle del Nilo.

No es seguro si hubo uno o varios reinos protoaksumitas, pero de ser así estos reinos coexistieron durante varios siglos y, a pesar de ser entidades políticas diferentes, compartían rasgos culturales y religiosos comunes: practicaban la agricultura de secano, hablaban sabeo y/o ge’ez y parte de su cultura tenía componentes asiáticos (especialmente evidente en la elaboración de bajorrelieves o en los altares dedicados a divinidades como Astar o Mahrem).

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Relieve con escritura ge´ez

 

REINO DE AXUM (siglos I a. C. – VII d. C.)

El Reino de Axum fue una entidad política cuya existencia se desarrolló entre los siglos I a. C. y el siglo VII d. C., aunque su influencia cultural se extendió durante los siglos posteriores. El conocimiento sobre la etapa formativa del Reino de Axum es muy pobre y es posible que el primigenio estado aksumita fuese en origen una coalición de tribus que acabaron aceptando la autoridad de un rey o bien que una de las tribus originales acabará imponiéndose sobre el resto.

El Reino de Axum prosperó especialmente entre los siglos III – VII, controlando gran parte del Cuerno de África, de Sudán y de Yemen. El Reino de Axum tenía una importante posición estratégica, ya que su salida al Mar Rojo le permitía el comercio con Roma, con el sur de Arabia e incluso con la India. En el Periplo del Mar de Eritrea (siglo I d. C.), un mercader anónimo menciona algunos puertos de la cuenca del océano Índico, entre ellos la propia ciudad de Aksum y menciona también que el bien de interés producido en el territorio es el marfil, un recurso de lujo muy demandado en los mercados mediterráneos.

La creciente prosperidad comercial del reino en el siglo III hizo que se comenzará a acuñar moneda, siendo el primer reino del áfrica subsahariana en acuñar moneda. El primer negus (o rey) que emitió moneda fue Endubis, que empleó el sistema monetario romano y las monedas aksumitas se acuñaron en oro, plata y cobre. Esto es muy interesante para los investigadores ya que son la única fuente de información sobre algunos reyes y, de manera general, se pueden clasificar en dos grandes grupos: las monedas precristianas (ca. 250 – ca. 330) que muestran el símbolo del disco y el creciente; y las monedas cristianas (ca. 330 – 650) que muestran la cruz. El rey Ezana fue el primero en emitir estas monedas.

Son varios los monarcas importantes de este período, aunque aquí vamos a centrarnos en los dos monarcas más célebres: Ezana y Kaleb.

Ezana es uno de los más célebres reyes de Aksum ya que fue el responsable de la conversión del país al cristianismo y por eso su reinado se divide en un período precristiano, de carácter militar y otro cristiano. La conversión al cristianismo la conocemos por varias fuentes: literarias, epigráficas y numismáticas. En resumen, sabemos que un filósofo llamado Meropio organizó una expedición para alcanzar la India. En el viaje de vuelta fueron asaltados por un grupo de bárbaros y los dos únicos supervivientes fueron dos jóvenes tirios llamados Frumencio y Edesio, que fueron llevados ante el rey Ella Amida I. Entraron entonces a servir en la corte como cortesanos (guardián de la ley y del archivo real y como copero real respectivamente). A la muerte del rey Ella Amida I, la regente Sofya encargó a estos dos hombres la educación del futuro monarca y en estos momentos también recibieron permiso para construir el primer oratorio cristiano del país. Cuando Ezana (320 – 350) se convierte en monarca adopta el cristianismo como religión del imperio y se acuña la cruz cristiana en las monedas.

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Biblia en ge´ez

Frumencio y Edesio fueron liberados de sus obligaciones. Edesio pidió permiso para volver a su tierra natal y Frumencio volvió a Alejandría donde solicitó que se enviase a un obispo para encargarse de la creciente comunidad cristiana aksumita. El patriarca Atanasio consideró que era la persona adecuada para este cargo, así que fue nombrado obispo en 328 y enviado de nuevo a Axum para ejercer este mandato (de ahí el vínculo directo entre la Iglesia de Etiopía y la Iglesia de Egipto).

Ezana muere en el 360 y le suceden algunos reyes que solo conocemos por las monedas, por lo que el siglo V permanece pobremente conocido ante la falta de fuentes. Las monedas muestran que no hubo ninguna restauración del paganismo, aunque es posible que las zonas rurales tardarán más en aceptar la nueva religión. Eso sí, se sabe que en el siglo V la evangelización entre las poblaciones del reino avanzó mucho con la llegada de los nueve Santos, un grupo de monjes procedentes del Imperio Bizantino, que fundaron monasterios y que tradujeron al ge’ez la Biblia, el libro de Enoc, tratados de teología, etc.

Kaleb es el otro gran monarca de Aksum y es quizás el más importante de la historia tras Ezana. Se conoce bien a este monarca por su campaña militar en Yemen, que le llevó a ser reconocido como santo por la iglesia ortodoxa tewahedo etíope y por la católica. Tras el reinado de Kaleb numerosos factores provocaron que, a mediados del siglo VII, el Reino de Aksum entrase en una prolongada crisis. En estos momentos se dejó de acuñar moneda y su cultura material se deterioró. Además las rutas comerciales se volvieron inestables debido a las guerras contra los persas.

La fase final del Reino de Axum coincide con la aparición y extensión del islam en el siglo VII. El islam se expandió por toda Arabia, por Egipto y sin embargo el Reino de Axum permaneció siendo un reino cristiano. Esto se debe a que en los años 615 y 616 Mahoma envió a un grupo de seguidores al reino de Axum, donde fueron bien acogidos. Este hecho hizo que Axum quedase libre de la yihad. Los primeros califas fueron pacíficos, pero aún así los axumitas quedaron aislados y esto aceleró su fase de decadencia definitiva.

 

DECLIVE AKSUMITA Y ÉPOCA OSCURA (siglos VII y XI) 

La decadencia de Aksum no tuvo ninguna causa concreta sino que fueron numerosos factores los que provocaron que a mediados del siglo VII Aksum entrase en una prolongada crisis, que se ha denominado época oscura. Algunas de las causas de la decadencia son la sobreexplotación agrícola, el agotamiento de algunos recursos naturales como el oro o el marfil y el desvío a Mesopotamia de las rutas de comercio internacional por la aparición de las grandes ciudades como Damasco y Bagdad.

Ambientada en el siglo X, destaca la leyenda de Judith, también llamada Esato. Según la tradición Judith nació en Aksum, siendo quizás miembro de la familia real. Seducida por un sacerdote, acabó ejerciendo la prostitución, mutilada y caída en desgracia, abandonó el reino, se encontró con un rey judío, contrajo matrimonio y Judith, deseosa de venganza, convenció a su marido de la necesidad de destruir Aksum. Es posible que la figura legendaria se refiera a un personaje real, pero no se sabe. En el siglo X la ciudad de Aksum fue destruida y algunas fuentes hablan de una reina gobernando a finales del siglo X, que había matado al rey de Aksum.

La ciudad de Aksum fue abandonada y mientras tanto en la zona oriental de Tigray, mejor dotada de recursos, aumenta su población y se convierte en el corazón de la tradición cristiana, manteniendo el legado del viejo reino y esto es observable en las iglesias que se construyeron en la región en el siglo XI.

 

DINASTÍA ZAGWE (siglo XI – 1270)

La llegada al poder de los Zagwe supuso un cambio importante en el panorama político, ya que el poder dejaba de estar en manos de los semitas norteños para pasar a un pueblo cushita, los agaw. Es uno de los períodos de la historia etíope menos estudiados. Es difícil reconstruir la secuencia de reyes de Zagwe porque existen listas que ofrecen cinco, nueve, once o incluso dieciséis nombres. Sin embargo, el más célebre de los monarcas de Zagwe fue Lalibela, que vivió a finales del siglo XII y principios del XIII y que fue el encargado de construir el conjunto de iglesias que hoy lleva su nombre.

Los Zagwe eran fervientes creyentes y grandes constructores. La dinastía Zagwe mantuvo la tradición axumita pero fue considerada usurpadora, Además su fanatismo religioso provocaba el descontento popular, había divisiones en la familia reinante y los príncipes de las regiones periféricas desafiaban el poder central. Todo ello marcó el final del reino de Zagwe en el año 1270.

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Iglesia de San Jorge en Lalibela

 

RESTAURACIÓN SALOMÓNICA O DINASTIA SALOMÓNICA TEMPRANA (1270 – 1527)

En el año 1207 Yekunno Amlak derrocó a la dinastía Zagwe, se proclamó emperador de Etiopía y se inició la dinastía salomónica, que permaneció en el trono durante ocho siglos y reivindicó su descendencia directa del rey Salomón. Este reclamo se basaba en la leyenda de la reina de Saba y el rey Salomón, que narra que la reina, atraída por la fama de la sabiduría de Salomón, viajó a Jerusalén y de su unión nació Menelik I, quien se considera el primer emperador etíope y un símbolo de la conexión entre Etiopía e Israel. La restauración salomónica es una era crucial en la historia de Etiopía, marcada por la afirmación de la identidad cristiana del reino y el fortalecimiento de su estructura política y territorial.

En estos momentos los emperadores etíopes adoptaron el título de Negus Negesti, que significa literalmente rey de reyes, comenzó la dominación del grupo étnico amara, el amariño se convirtió en lengua oficial del estado y Amara es su capital.

El reino se organizó bajo un sistema feudal, donde los nobles locales (ras y dejazmach) controlaban regiones específicas pero debían lealtad al emperador. Durante estos siglos los emperadores salomónicos expandieron y consolidaron su territorio, promovieron la construcción de iglesias y monasterios y reforzaron la fe cristiana entre la población ya que el cristianismo ortodoxo se consolidó como la religión oficial del reino y hubo un florecimiento de la literatura (crónicas reales y textos religiosos en ge’ez).

Antes de 1529, varios estados musulmanes coexistían en lo que hoy es Etiopía y la región del Cuerno de África, como el Sultanato de Shewa (896 – 1285 aproximadamente), el Sultanato de Ifat (1285 – 1415 aproximadamente) o Sultanato de Adal (1415 – 1577 aproximadamente), del que hablaremos a continuación.

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Encuentro de la reina Saba con el rey Salomón

 

LA YIHAD DEL IMÁN AHMAD B. IBRAHIM (1529 – 1543)

Todos estos territorios musulmanes etíopes estaban experimentando cambios y el fortalecimiento del Sultanato de Adal de Bar Saad ad-Din coincide con el momento en el que el islam está en plena expansión por el norte de Etiopía. El único reino cristiano que queda es el reino etíope.

Ahmad Grañ o Ahmed el Zurdo fue un imán que emprendió una serie de campañas militares contra el Imperio Etíope. Estos conflictos, conocidos como la Guerra de Adal-Etiopía, tuvieron lugar entre 1529 y 1543. Durante esos años las fuerzas de Ahmad destruyeron numerosas iglesias y monasterios, forzando a muchos etíopes a convertirse al Islam y desplazando a la población cristiana. Por su parte el emperador etíope solicitó ayuda a Portugal y en 1541 llegó una expedición portuguesa liderada por Christovao da Gama (hijo de Vasco de Gama) para apoyar a los etíopes, aportando armamento moderno y soldados.

El conflicto terminó con la Batalla de Wayna Daga en el año 1543, en la que las fuerzas etíopes lograron derrotar Ahmed el Zurdo. La guerra dejó a Etiopía gravemente devastada, pero la victoria permitió al país mantener su independencia y continuar su desarrollo como un reino cristiano. Además, la alianza con Portugal marcó el inicio de una relación más estrecha entre Etiopía y las potencias europeas.

 

LOS JESUITAS Y LA ÉPOCA DE GONDAR (1543 – 1769)

En el largo período que se extiende entre 1543 y 1769 Etiopía experimentó una fase de recuperación y consolidación tras la guerra con Adal, un florecimiento cultural y administrativo bajo la influencia de Gondar, y una creciente descentralización política que sentó las bases para la Era de los Príncipes. De este período de tiempo cabe destacar dos hitos importantes: la llegada de los jesuitas a Etiopía y la Época de Gondar.

Los jesuitas en Etiopía (1557 – 1632)

Los portugueses habían ayudado al emperador etíope en la guerra contra Ahmed el Zurdo y algunos soldados se quedaron en Etiopía. Dada la ausencia de clérigo católico en Etiopía, los jesuitas presionan a Portugal para enviar una misión a Etiopía. La primera misión jesuita fue un fracaso, mientras que la segunda misión jesuita fue más exitosa. Destaca la figura del castellano Pedro Páez, un jesuita español que llegó a Etiopía y consiguió que el catolicismo se convirtiera en la religión oficial del estado durante un período de tiempo. Esto sucedió durante el reinado de Susenyos I (1607 – 1632), quien en 1621 transformó el país en un estado católico. Sin embargo, esto causó una gran agitación y conflicto interno y al final Susenyos abdicó en favor de su hijo Fasilides.

Época de Gondar (1632 – 1769)

Es conocida por su estabilidad y florecimiento cultural. Fasilides (1632 – 1767), el primer rey gondoriano, restauró la religión ortodoxa como la religión oficial del estado, expulsó a los jesuitas y fundó la ciudad de Gondar, que se convirtió en la nueva capital y en centro cultural y administrativo. En estos momentos Gondar se destacó como un centro de arte, literatura y aprendizaje. Se construyeron numerosos castillos e iglesias, que aún hoy son puntos de referencia históricos importantes. De este periodo destaca también el gobierno de Iyasu I (1682 – 1706), que intentó expandir y fortalecer el imperio, aunque  al final de su reinado se enfrentó desafíos internos significativos que provocaron que tras su reinado comenzara una etapa de reinados cortos e inestables que hacen que los nobles regionales ganen más poder.

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Gondar. Foto cortesía de Abenezer Muluken

 

ERA DE LOS PRÍNCIPES O ZEMENE MENSAFINT (1769 – 1855)

Esta época de la historia etíope es conocida como Zemene Mesafint o Era de los Príncipes y abarca casi 100 años en los que los emperadores carecieron de autoridad y fueron los grandes señores feudales los que gobernaban de forma independiente, designando o deponiendo emperadores. Es un periodo de descentralización y conflicto interno donde varios nobles lucharon por el control y, además, es un periodo de gran complejidad debido a las contradicciones de las fuentes y a la presencia de varios estados.

El nombre de este período de la historia se lo debemos al posterior emperador Tewodros I que, para proyectar una imagen de monarca unificador y pacificador, acuñó el término “Era de los Príncipes” del Antiguo Testamento para designar a este periodo de inestabilidad previo a su reinado.

 

EL EMPERADOR TEWODROS II (1855 – 1868)

Teowodros II se convierte en emperador el 9 de febrero de 1855, centralizando sus dominios y acabando con Zamene Mesafint. El reinado de Tewodros II fue corto y, aunque intentó y quiso aumentar la seguridad y el bienestar de la población, llevó a cabo algunas medidas que tuvieron como consecuencia el malestar de los campesinos y de la iglesia. De su reinado destacan la situación de Addis Abeba como capital, la creación de un ejército asalariado y enviar a súbditos a estudiar a Europa.

Durante su reinado surgió un conflicto entre Tewodros II y Gran Bretaña. Tewodros II, emperador de Etiopía, había capturado a varios misioneros y diplomáticos británicos, lo que llevó a una expedición militar británica para liberarlos. La campaña culminó en la derrota de Tewodros II en la batalla de Magdala y el emperador se suicidó en 1868 para evitar su captura.

 

REINADO DE YOHANNES IV (1871 – 1889)

La caída de Tewodros II provocó un vacío de poder y cuando los británicos se retiraron de Tigray, dejaron armas para fortalecer la región y apoyar el equilibrio de poder. El líder de Tigray, Menelik, luchó contra el sucesor de Tewodros II y finalmente fue coronado como Yohannes IV en 1871. Durante su breve reinado Yohannes IV se enfrentó al gobernador otomano de Egipto, Ismail Pasha, quien intentaba expandir su control sobre la cuenca del Nilo. Los etíopes lograron vencer a los egipcios en la Batalla de Gundet (1875) y en la Batalla de Gura (1876), forzando a los egipcios a retirarse de sus territorios sureños. Yohannes IV murió en la Batalla de Metema en 1889 durante un conflicto con los sudaneses. Con su muerte, Italia intensificó su expansión en la región, estableciendo un control más firme sobre Eritrea.

 

REINADO DE MENELIK II (1889 – 1913)

En 1889 Menelik II se convierte en el emperador del imperio y convierte al país en un Estado centralizado y poderoso. Sube al trono en un contexto de enorme presión por parte de los imperios coloniales, que se estaban repartiendo el continente africano en la Conferencia de Berlín. Menelik II es llamado a veces el Bismarck africano porque mostró gran habilidad diplomática ante las potencias europeas que tenían intenciones coloniales en el país.

Se puede decir que Menelik II es el creador de la actual Etiopía. Durante su mandato (1889 – 1913) se lanzó a la conquista de tierras en torno a su Estado, algunos de ellos estados independientes y otros eran tierras habitadas por innumerables naciones sin Estado. Es en este momento cuando la zona del Valle del Omo pasa a formar parte del estado etíope. Este sometimiento se consiguió, en la mayoría de los casos, tras crueles guerras que dejaron cientos de miles de muertos y poblaciones sometidas a la esclavitud.

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Corona emperador etíope

Menelik II firmó con Italia el Tratado de Wuchale en 1889 para regular sus relaciones diplomáticas y demarcar sus fronteras. Pero el tratado se firmó en amariño e italiano y las dos versiones difieren. En la italiana Etiopía quedaba reducida a ser un protectorado y todas sus relaciones tendrían que hacerse a través del reino de Italia. Por el contrario, en la versión etíope no se establece este requisito. Así comenzó un conflicto que culminó con la batalla de Adua donde las fuerzas coloniales italianas fueron aplastadas en 1896.

Ese mismo año se firmó el Tratado de Paz de Addis Abeba, por el cual se anula el de Wuchale y Etiopía se libró así de ser colonizada y se confirma a Eritrea como colonia italiana. A partir de entonces el gobierno central se dedicó a cambiar la historia y hablar de Etiopía como uno de los más antiguos Estados del mundo, como el único país africano nunca sometido al colonialismo, con una monarquía que duró 3.000 años.

Menelik II murió en 1913 cumpliendo con tres objetivos de su política: extensión territorial, modernización y resistencia a la colonización.

 

REINADO DE ZEWDITO (1917 – 1929)

Antes de morir Menelik nombró a su nieto Iyasu heredero, pero al querer ejercer el poder, su acercamiento a los musulmanes le supusieron el enfrentamiento con la iglesia y la aristocracia cristiana. Por eso fue excomulgado y se nombró emperatriz a Zaudito, hija de Menelik II, y heredero a Tafari Menteonnen, un primo de Iyasu. Entre 1917 y 1929 Zaudito fue emperatriz, convirtiéndose así en la primera jefa de Estado mujer en Etiopía.

 

REINADO DE HAILSE SELASSIE I (1930 – 1974)

Hailse Selassie I fue el último emperador etíope y, como ya hemos comentado, fue nombrado heredero durante el gobierno de Zewdito. La emperatriz murió el 2 de abril de 1930 a la edad de 53 años y Tafari Menteonnen fue nombrado emperador, el número 225 de la dinastía salomónica y se le coronó con el nombre de Haile Selassie I (“el poder de la trinidad”).

En la década de los 30 Hailse Selassie tuvo que enfrentarse a la invasión italiana dirigida por la Italia fascista de Mussolini en 1935 y, aunque encuentran una fuerte resistencia por parte de los etíopes, finalmente los italianos capturan Addis Abeba, Mussolini proclama emperador al rey italiano Victor Manuel II y Eritrea, Etiopía y Somalia forman la colonia del África Oriental Italiana, instaurándose un régimen fascista en esta zona desde 1936 hasta 1941. Esta invasión fue posible porque el resto de potencias europeas hicieron caso omiso, ya que estaban ocupadas con la Alemania de Hitler.

Hailse Selassie tiene que exiliarse a Gran Bretaña y durante su exilio pronunció un histórico discurso ante la Liga de las Naciones en 1936, condenando la invasión italiana de Etiopía. En él, advirtió sobre los peligros del fascismo y la inacción internacional, declarando: “Hoy nosotros, mañana vosotros”, anticipando la expansión del conflicto global. Con la ayuda de las fuerzas aliadas, Hailse Selassie restauró su gobierno en 1941 tras la derrota de Italia en la Segunda Guerra Mundial.

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Pintura que representa el discurso de Haile Selassie en la ONU

Eritrea fue una colonia italiana desde 1890 hasta 1941 y entre 1941 y 1952, tras la expulsión de los italianos durante la Segunda Guerra Mundial, Eritrea estuvo bajo administración militar británica. Durante este período, las potencias aliadas debatieron sobre el futuro de Eritrea y finalmente Eritrea fue federada con Etiopía en 1952. Sin embargo, en 1962 Selassie la anexó como provincia, lo que provocó el inicio de una larga lucha por la independencia. Esto desencadenó el conflicto eritreo, con insurgencias que se intensificaron durante las décadas siguientes.

Durante su gobierno, Hailse Selassie llevó a cabo una serie de reformas políticas y sociales, incluyendo la modernización del sistema educativo y judicial, y promovió la participación en la formación de la Organización de la Unidad Africana (OUA). Sin embargo, en 1970 se produjo una gran sequía, lo que llevó a una crisis social y las protestas no se hicieron esperar. El régimen de Haile Selassie no resistió y esta crisis social culminó con el  derrocamiento del último emperador en 1974.

 

RÉGIMEN DERG (1974 – 1991)

En 1974 un golpe militar acabó con la monarquía de Haile Selassie y comenzó el conocido como régimen Derg, un gobierno militar socialista, liderado por Mengistu Haile Mariam. Este gobierno estuvo apoyado por el bloque comunista y Etiopía rompió relaciones con Estados Unidos y firmó tratados de asistencia con la URSS y con Cuba.

Este gobierno implementó políticas socialistas pero estuvo marcado por la represión, la hambruna y el conflicto. En 1983 y tras varios años de gran sequía y mala administración económica, Etiopía sufrió en 1983 la más famosa de las hambrunas.

En el marco de la política exterior, el conflicto en Eritrea se intensificó, ya que los movimientos independentistas, como el Frente de Liberación Popular de Eritrea (EPLF), lucharon contra el gobierno marxista etíope, culminando en la independencia de Eritrea en 1993. Además, también hubo choques fronterizos ocasionales con Somalia que culminaron con la victoria de Etiopía en la Guerra de Ogadén (1977 – 1978) gracias a la ayuda de la Unión Soviética y Cuba.

En 1990, y ante la caída del bloque socialista en Europa, Mengistu Haile Mariam dimitió y se refugió en Zimbabwe. Entonces fueron dos organizaciones armadas las que se hicieron con el poder: el FPLE (Frente Popular de Liberación de Eritrea), que gobernaría de facto Eritrea, y el FDRPE (Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope), que tomó el poder en el resto del país.

 

LA REPÚBLICA DEMOCRÁTICA FEDERAL DE ETIOPÍA (1991 – actualidad)

En 1991 el Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (FDRPE), encabezado por Meles Zenawi, tomó el poder y puso fin a 17 años de gobierno militar. Zenawi implementó un sistema federal étnico, dando autonomía a las regiones basadas en grupos étnicos, y promovió un crecimiento económico sostenido. Sin embargo, su gobierno fue autoritario, con restricciones a la libertad de prensa y represión de la oposición. Tras la muerte de Zenawi en 2012, el poder fue asumido por Hailemariam Desalegn, quien continuó la línea política del Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (FDRPE).

En 2018, Abiy Ahmed fue nombrado primer ministro e inició un proceso de reformas políticas y reconciliación, incluida la histórica paz con Eritrea, por la cual ganó el Premio Nobel de la Paz en 2019. Sin embargo, un año más tarde comenzó en Etiopía una guerra civil en la región de Tigray que enfrenta al gobierno etíope con el Frente Popular de Liberación de Tigray (TPLF). A pesar de la firma de un acuerdo de paz en 2022, la estabilidad en el norte del país no es todavía una realidad.

 

Esperamos que este post te haya sido útil para aprender un poco sobre la fascinante historia de Etiopía.

 

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