Se dice que Benín es “la pequeña África” y es que, a pesar de ser un país relativamente pequeño, goza de una enorme diversidad étnica. Los holi, los fulani, los yoruba, los mahi, los taneka o los somba, son algunos de los grupos étnicos que tendrás la ocasión de conocer cuando viajes por Benín.
En el norte de Benín se pueden visitar dos etnias muy interesantes: los taneka y los somba. En este post te contamos que tienen de especial estas dos etnias del norte de Benín.
LOS TANEKA
A unos 65 kilómetros de la ciudad norteña de Natitingou nos encontramos con los Montes Taneka (Taneka Koko), el hogar de una de las etnias más interesantes del norte de Benín: los taneka o tangba. Son un grupo étnico de unas 78.000 de personas, aunque en realidad los taneka no son descendientes de una única etnia, sino que están formadas por varias poblaciones que se refugiaron juntas en estas tierras montañosas.
Choza taneka
Parece que los primeros habitantes de estas tierras montañosas fueron personas de origen kabye, allá por el siglo IX a. C. Después hubo migraciones de otras poblaciones, como los bariba o los gourmantchè, obligadas a huir de sus tierras por diversos motivos, como por ejemplo los bariba, que huían de las guerras con el ejército marroquí y las epidemias.
Todas estas poblaciones encontraron en estas montañas un refugio perfecto contra las etnias violadoras y esclavistas. Así es como se construyeron los primeros poblados, donde esta convivencia forzada dio lugar a nuevos pueblos donde la cultura, los rituales iniciáticos y las creencias religiosas se mezclaron dando lugar a un solo pueblo: los taneka o tangba.
El nombre taneka tiene dos significados: por un lado significa “guerreros”, por su resistencia ante los ataques de los invasores; y por otro lado significa “gente de piedras”, enfatizando las características del territorio sobre el que se asientan.
Entre los elementos comunes a los kabye, bariba y gourmantchè destacan el uso de un mismo idioma (el yom), una vida basada en la agricultura donde la cerveza de mijo es muy importante y la capacidad de convivir en armonía.
Eso sí, aunque forman el grupo étnico al que se conoce como taneka, las diferencias de orígenes se pueden encontrar hoy en día en las escarificaciones faciales, en la religión que practican e, incluso, en los roles dentro de la sociedad.
En cuanto a las escarificaciones faciales, los kabye tiene dos pequeñas escarificaciones verticales tanto para hombres como para mujeres; los bariba tienen un corte vertical profundo a un lado del rostro; y los gourmantchè llevan cuatro pequeños cortes para mujeres y tres pequeños cortes para los hombres.
Niña con escarificaciones faciales
La religión que practican los taneka depende de las diferencias de orígenes de cada individuo: los kabye son animistas, los bariba son musulmanes aunque practican rituales animistas y, por último, los gourmantchè son musulmanes. Esto explica la presencia de mezquitas en los poblados de los taneka.
Los roles dentro de la sociedad están también relacionados con la etnia de origen: el rey es de la etnia bariba, los dignatarios espirituales y los jefes de las tierras son de la etnia kabye.
Hoy en día se pueden visitar alguno de los poblados taneka, siempre acompañados de un guía local. Existen 5 aldeas que se pueden visitar, cuatro de ellas habitadas y una abandonada: Taneka Beri, el poblado grande; Taneka Koko, el pueblo de montaña y sede de la monarquía taneka; Yaka 1, el núcleo más antiguo de los montes; Yaka 2, habitado por una familia de herreros; y Dampelerá, hoy en ruinas y abandonado.
Durante nuestra visita observamos que las chozas eran redondas y tenían un techo cónico de paja con vasija de barro en la parte superior. Nos llamó la atención que las chozas parecen que están deshabitadas. Uno de los grandes problemas que tienen los tanekas en la actualidad es la falta de agua y, por este motivo, muchas familias están abandonando estas zonas altas de montaña para irse a vivir a las ciudades. Allí es más fácil el acceso al agua y a los llanos para cultivar los campos.
Así, lo que se puede ver en este poblado son chozas abandonadas, que son utilizadas por las familias cada 5 años con motivo de la purificación, una fiesta en la que cada familia regresa al pueblo, lleva un buey para sacrificar y la carne se reparte entre la gente del pueblo.
Pero también hay una serie de lugares importantes como por ejemplo el árbol baobab, lugar al que se acercan las mujeres para pedir deseos relacionados con la fertilidad; también está la plaza pública, donde se discuten los asuntos de los habitantes; y la choza donde tendrá lugar la entronización del nuevo rey.
Baobab sagrado
Durante nuestra visita el guía nos habla de los principales líderes políticos y religiosos, que de alguna manera, nos ayudan a comprender la realidad de los taneka. El líder político es el sawa o rey y se encarga de tomar las decisiones por el interés común, solucionar disputas y se encuentra con “extraños”. Es de la etnia bariba y vive en una choza grande en la que hay una especie de “trono” en su interior que consiste en un simple banco de ladrillos de piedra y cubierto con estera o pieles de cabra.
Palacio del rey taneka
Nuestra guía nos explica que el rey de los taneka ha fallecido recientemente y ahora se debe elegir un nuevo rey entre los herederos varones. El futuro rey es elegido por una asamblea de ancianos.
Junto al rey está el jefe de la tierra o tung-te, que es de la etnia kabye, los primeros en asentarse en estos montes. Es el encargado de asignar la tierra a las diferentes familias, que conservarán el resto de sus vidas hasta su muerte. También participa en la elección del nuevo rey y participa en las decisiones más importantes para la comunidad.
Junto a estos líderes políticos, destacan los sacerdotes animistas o curanderos, una especie de líder espiritual y curandero tradicional. Se reconocen fácilmente por su atuendo: van ataviados con un taparrabos, que suelen estar elaborados a partir de una piel de mono, un gorro de rafia y lleva un colgante con un colmillo de un animal salvaje. Además fuman una pipa larga, ya que fumar es una forma de comunicarse con los antepasados y poder así tener indicaciones, sugerencias o pedir sus intercesiones.
Durante la visita pudimos conocer a uno de estos sacerdotes animistas y nos sentimos muy privilegiadas. El sacerdote animista nos recibió en el patio de su casa, sentado, con semblante serio y fumando una larga pila con tranquilidad. Es una persona importante en el pueblo y nuestro guía nos dice que debemos saludarlo con el debido respeto, así que imitando los movimientos del guía local nos arrodillamos en señal de respeto. Nos cuentan que él es el encargado de las peticiones de las mujeres en temas de fertilidad, una especie de ginecólogo, aunque él no asiste a las mujeres en los embarazos y partos.
Sacerdote taneka
Realmente es maravilloso poder ver a un sacerdote ataviado con estas vestimentas ya que quizás esta tradición no perviva mucho. En palabras de Joan Riera en la guía “Rumbo a Benín” los taneka “representan esa África mística que se resiste a cambiar” y esto es, en parte, por algunos de los rituales que todavía se pueden presenciar, aunque nosotras no tuvimos esa suerte. Nuestro guía nos cuenta algunos rituales interesantes relacionados con la muerte y el funeral de los individuos, así como los rituales relacionados con el matrimonio. Eso sí, entre todos los rituales los más importantes son los rituales de paso, que tienen lugar para marcar el paso a la vida adulta y que prueba la valentía del iniciado. Estos rituales se celebran cada 5 años y son de tal importancia que las familias que han abandonado los poblados de los montes Taneka para ir a la ciudad, regresan durante esos días, se traen bueyes y se sacrifican para todo el pueblo.
EL PAÍS SOMBA
Los batammariba, los tammari u los otomari son un grupo étnico que habita entre Benín y Togo. El grupo que vive en Benín se identifica con el nombre de somba, mientras que el grupo de Togo se conoce como tamberre. Eso sí, ambos grupos comparten características muy similares. En este post emplearemos el término batammariba o somba para referirnos a este grupo étnico.
Este grupo étnico llegó a los territorios que ocupan actualmente migrando desde el norte (desde la actual Burkina Faso) y tuvieron que enfrentarse a los bariba. Para protegerse se refugiaron en la zona de la sierra de Atakpra, que es una zona de difícil acceso y construyeron sus castillos de arcilla, por lo que son principalmente conocidos en la actualidad. Estas edificaciones les protegieron de los asaltos de las poblaciones vecinas y de los esclavistas del reino de Dahomey. También les permitió no tener demasiadas influencias externas y esto ha hecho que hayan podido conservar sus tradiciones hasta la actualidad.
Tata somba
Las tata somba
Los batammariba o somba son excelentes constructores, de hecho batammariba significa “los que saben construir” y son famosas sus viviendas fortificadas. Estas viviendas se llaman tata o tata somba en la zona de Benín, mientras que en la zona de Togo se denominan tekyete.
Los tekyete de Togo fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, mientras que las tata somba no fueron incluidas en este listado. Durante nuestro viaje a Benín tuvimos la oportunidad de cruzar la frontera y poder visitar algunas de estas edificaciones en Togo y una familia nos abrió las puertas de su casa para enseñarnos su interior.
En general las tatas y los tekyete son muy similares aunque existen una serie de diferencias: los tata somba tiene grabados geométricos en las paredes exteriores, hechos con gran precisión y estos grabados geométricos son los mismos diseños que las escarificaciones faciales de los somba.
Decoración geométrica de una tata somba
De manera general, podemos decir que estas viviendas nos recuerdan a los castillos medievales pero en miniatura. Están hechas de adobe y ramas, materiales bastante duraderos aunque parezca mentira y, en general, tienen la misma estructura.
Tienen dos plantas y lo primero que llama la atención son sus gruesos muros exteriores y los torreones cilíndricos con techos inclinados hechos de paja. Estos son bastante resistentes y tienen canales de drenaje para facilitar el flujo de agua de la terraza en época de lluvias.
Entre una tata y otra suele haber bastante separación ya que el territorio que rodea a cada casa forma los campos que cultiva la familia, por lo que los pueblos suelen ser bastante dispersos y extensos. Los somba son agricultores y ganaderos y la riqueza de una familia se mide según el tamaño del rebaño que posee. El ganado no solo es importante desde el punto de vista económico, sino que también sirve para funerales y sacrificios. Además también cultivan cereales en las tierras alrededor de las viviendas, como el mijo, el sorgo o el maíz y son, además, buenos cazadores. Como curiosidad, los murciélagos son considerados un verdadero manjar.
Las viviendas no son muy grandes, suelen tener unos 10 u 11 metros de diámetro y unos 4 metros de altura. Estos edificios cumplían una función defensiva, por lo que hay algunos elementos claramente hechos con este fin: no hay ventanas en el exterior, solo pequeñas rendijas por las que podían ver acercarse al enemigo y disparar, la puerta es pequeña para permitir el acceso de una persona a la vez, etc.
Interior de una tata somba
Alrededor de estas edificaciones hay una serie de conos de tierra de diferentes tamaños que sirven como fetiches y altares para realizar sacrificios. De hecho, no es raro ver restos de plumas y sangre de algún sacrificio reciente. También en la entrada hay guirnaldas de cofias o cráneos de animales.
A la entrada de la casa, a mano derecha, se encuentra un pequeño altar dedicado a los antepasados y un poco más adelante, se abre un espacio para alojar a los animales de noche (vacas, gallinas, ovejas) y también hay un pequeño depósito y una zona con banco para los ancianos que no pueden subir las escaleras y pasan la noche aquí.
La planta baja es oscura porque no hay ventanas y en las paredes y colgados del techo se pueden ver amuletos caseros hechos normalmente con huesos y cráneos de animales. En la planta baja hay una escalera, normalmente de madera, que da acceso a una pequeña sala intermedia que se encuentra entre la planta baja y la alta y que es donde se encuentra la cocina.
Cocina de una tata somba
La planta alta es una terraza donde hay varias estancias. Aquí se encuentra la habitación donde duerme la familia y también está el granero. Las habitaciones son cilíndricas, bajas y anchas y tienen techo de paja y una entrada muy pequeña (primero entras metiendo los pies y luego el resto del cuerpo: esto es por la estrecha apertura y también por superstición). El granero tiene forma cilíndrica, es una estancia alta y tiene un techo de paja. Se abre por arriba y el espacio está dividido en secciones donde se guardan separados los diferentes productos.
En la terraza es donde muchas veces se hacen las ofrendas a los antepasados y es interesante observar que hay un agujero en el centro que permite ver la planta baja. Según nos cuenta el dueño de la casa es para disparar a los enemigos que conseguían cruzar la entrada de la casa.
Durante nuestro viaje a Benín tuvimos la oportunidad de pasar la noche en una tata somba en el poblado de Boukombé. Aquí hay varias familias que alojan a los visitantes en sus casas. Solo necesitas un saco de dormir de verano o saco-sábana y ganas de vivir esta experiencia. Duermes en la terraza de la tata somba o en alguna de las habitaciones que hay en la terraza, aunque en el interior de las habitaciones suele estar más ahumado y puede que haya algún animal domestico.
Alojamiento en una tata somba
Las escarificaciones de los somba
Los somba se distinguen por sus escarificaciones faciales y es la diferencia entre el grupo batammariba de Benín y de Togo. Las escarificaciones son cicatrices, incisiones poco profundas que suelen hacerse con pretensiones artísticas. En la piel negra este tipo de modificaciones cutáneas son muy normales ya que son, a menudo, más visibles que los tatuajes.
De manera general, existen varios tipos de escarificaciones:
- Marcas tribales: distinguían las diferentes etnias y suelen realizar en los rituales de pubertad.
- Cicatrices masculinas: son prueba de valor y virilidad y, además, suelen hacer más atractivos a los hombres.
- Escarificaciones femeninas: se realizan como elemento de belleza y con finalidad erótica y hay mucha variedad.
Las escarificaciones de los somba apenas son visibles a simple vista y son los mismos motivos geométricos que encontramos en las paredes exteriores de las tata. Estos dibujos geométricos consisten, en general, en líneas verticales y horizontales que recuerdan simbólicamente a las arboledas agrícolas que se hacen en el suelo para sembrar y que simbolizan el crecimiento y la vida. Aunque algunos sombas creen que representan escamas de cocodrilo, que se considera que protege el hogar y está relacionado con la diosa de la tierra Bután.
Mujer somba con escarificaciones faciales
Estas marcas faciales se hacen cuando los niños y niñas tienen 3 años. El proceso se realiza en época seca y dura uno o dos días. Es una operación muy dolorosa y la realiza un especialista. Para llevar a cabo la escarificación se prepara una cama donde se coloca al niño o niña, con hojas verdes y dos mujeres se encargan de mantener inmóvil al niño o niña. Al finalizar la operación se realiza una oración.
Se realiza con un pequeño cuchillo metálico, de hecho los herreros que hacen estos cuchillos gozan de una posición importante en la sociedad somba y suelen estar asociados a la divinidad solar Kuiye, quien primero trajo el fuego a la tierra. Las escarificaciones suelen tardar unos 2 o 3 días en cicatrizar y para ello se utiliza manteca de karité.
Además de estas escarificaciones faciales, existen otro tipo de escarificaciones entre los somba, por ejemplo surcos en la espalda o el abdomen en las niñas listas para el matrimonio, surcos que se realizan después de haber tenido el primer hijo o escarificaciones relacionadas con hombres por caza o guerra.
Esta práctica de las escarificaciones faciales y corporales era practicada por la totalidad de la población ya que era una marca de identidad tribal. Antes de la llegada de los franceses, los somba no usaban ningún tipo de vestimenta y, de esta manera, las escarificaciones corporales eran totalmente visibles. Hoy, aunque se sigue practicando, es una práctica que se está perdiendo ya que al ir vestidos, estas marcas de identificación tribal se hacen innecesarias.
Los taneka y los somba son los grupos étnicos más interesantes del norte del Benín y te animamos a visitar sus poblados durante tu viaje a Benín. Este pequeño país africano cuenta con una gran riqueza etnográfica que no te puedes perder.