Abomey es una ciudad del sur de Benín, situada a unos 110 kilómetros de Cotonú, que fue desde 1625 hasta 1900 la antigua capital del Reino de Dahomey, uno de los reinos más poderosos de la costa occidental de África.
Abomey es un imprescindible en tu ruta por Benín, ya que aquí encontramos los famosos palacios reales, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y un testimonio excepcional de este reino hoy desaparecido. En este post te contamos toda la historia de uno de los vestigios arqueológicos más importantes de Benín.
UN POCO DE HISTORIA
El origen del reino de Dahomey se remonta a una antigua leyenda, como sucede en otros muchos pueblos africanos. Según la tradición oral, Abigboma, la hija del rey de Tado, un pequeño reino en el actual Togo, fue secuestrada por una pantera con la que tuvo dos hijos. Años más tarde, en 1625, se producen una serie de disputas entre tres príncipes, bisnietos de Abigboma y la pantera, y uno de los príncipes funda la ciudad de Abomey, que será la capital del famoso reino de Dahomey.
Exterior palacio real de Abomey
Al ser un reino situado en la costa pronto dominó el comercio con los traficantes de esclavos europeos en la Costa de los Esclavos hasta finales del siglo XIX y se estableció como uno de los más poderosos de la costa occidental de África.
Los reyes del reino de Dahomey eran reyes autocráticos y su poder se presentaba como una especie de monarquía absoluta de derecho divino y divinizada. A lo largo de la historia del reino de Dahomey se sucedieron 12 reyes. Entre ellos destacan Dakodonou (1620-1645) que conquistó la meseta de Abomey y sentó las bases del reino de Dahomey; Akaba (1685-1708) que expandió el reino hacia el este; Agadja (1708-1740) que extendió el reino hasta el Atlántico, lo que le permitió comerciar con los europeos y creó el cuerpo de amazonas; Tegbessou (1740-1774), que organizó de forma eficiente la trata de esclavos; Guezo (1818-1858), el rey dahomeyano más importante, que expandió las fronteras del reino notablemente y modernizó el ejercito; Glelé (1858-1889), que continuó expandiendo el reino y Behanzin (1889-1894), el último rey dahomeyano con cuya rendición ante el ejercito francés concluye la historia del reino de Dahomey.
LOS PALACIOS REALES DE ABOMEY
Doce de los reyes del poderoso reino de Dahomey hicieron construir su propio palacio dentro de un mismo recinto cercado por muros de adobe, que ocupa una superficie de unas 48 hectáreas.
Los palacios del rey Ghézo y del rey Glélé albergan el Museo Histórico de Abomey, inaugurado en 1944. Este Museo Histórico de Abomey nos acerca a la historia de la desaparecida dinastía que dominó el sur de Benín entre los siglos XVII y XVIII y nos acerca a la herencia histórica y cultural del pueblo fon. El Museo Histórico de Abomey es uno de los museos más prestigiosos de Benín.
Los palacios reales fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1984 después de que un tornado los dejara muy dañados. Sin embargo, gracias a la ayuda de varios organismos internacionales, se completaron los trabajos de restauración y desde 2007 ya no están incluidos en la lista del Patrimonio Mundial en Peligro de la UNESCO.
Palacio real de Glelé
La visita a los palacios reales se hace con un guía que te explica la historia y el simbolismo de los diferentes edificios que se visitan. Durante las visitas no están permitidas las fotografías, por lo que la mayoría de las fotografías de este post son de la zona exterior de los palacios.
Probablemente al hablarte de palacios, evoques en tu mente algún edificio espectacular, digno de ser el palacio de alguno de los reyes más poderosos de Benín. Sin embargo, sorprende la sencillez de unas construcciones, hechas en general con adobe para los muros, madera para puertas y ventanas y paja para los tejados. Estos materiales son poco duraderos, por lo que el deterioro de los palacios es constante y la falta de recursos para su conservación amenazan su integridad.
En cuanto a la estructura, los palacios presentan unas características similares: cada palacio está rodeado por una muralla y el espacio en el interior del palacio se divide en tres patios, separados a su vez por muros. El patio exterior (kpododji) era el empleado para las ceremonias religiosas y militares, el primer patio interior daba acceso a algunas dependencias como la casa de los soldados o la sala de las audiencias y, por último, el patio privado (adjalala) donde se levanta la choza del poder, la sala de los tronos, el santuario y la residencia real.
La visita se inicia por el patio exterior del rey Glelé, donde hizo construir dos viviendas y dos cobertizos destinados a los artesanos. Hoy en día los artesanos continúan ejerciendo allí mismo sus oficios tradicionales y son los descendientes de las familias reales que viven todavía en el centro de la ciudad de Abomey y se ocupan de la conservación de las tumbas y santuarios.
Artesano en el patio exterior del palacio de Glelé
En el primer patio interior del recinto de Glelé hay varias estructuras interesantes. Podemos ver las cámaras del rey, un edificio circular que hoy en día está cubierto con un techo de chapa donde se rinde culto al rey. En el exterior se pueden ver ofrendas que se siguen haciendo actualmente a este monarca, que consisten en calaveras de animales y es que, según nos explicó el guía, el espíritu del rey habita este edificio.
También en este patio está la casa de los soldados. Hay una gran importancia del poderío militar del reino de Dahomey ya que parece ser que el pasatiempo del rey de Dahomey era la guerra. En este edificio del palacio de Glelé se exhiben algunas de las armas de los soldados dahomeyanos, entre los que destacan el cuerpo de las amazonas, el único ejército compuesto totalmente por mujeres del que hay constancia histórica y fidedigna. Este cuerpo de mujeres guerreras fue creado durante el reinado del rey Agadja, pero alcanzó su máximo esplendor durante el reinado de Guezo.
Las amazonas formaban la guardia personal del rey. Durante las batallas le protegían y, si era necesario, se sacrificaban por él sin dudarlo. La devoción por el monarca era tal que se puede resumir en este canto: “Somos hombres, no mujeres. Las que vuelvan de una guerra sin haber hecho alguna conquista deben morir. Cualquiera que sea la ciudad que vamos a atacar debemos conquistarla o enterraremos nosotras mismas en sus ruinas. Ghezo es el rey de reyes. Mientras viva no temeremos nada, Ghezo nos ha dado de nuevo el día. Somos sus mujeres, sus hijas, nos alimenta…”.
Cerca de la casa de los soldados está la sala de audiencias, que se caracteriza por los bajorrelieves policromados que están incrustados en las paredes y en los pilares del edificio. En ausencia de documentos escritos, estos bajorrelieves funcionan como un libro de registro y refleja los eventos significativos del reino de Dahomey, como por ejemplo sus victorias militares, sus mitos o sus costumbres. Son sencillos pero maravillosos.
Palacio real de Abomey
El último rey dahomeyano fue Behenzín y tuvo que enfrentarse en varias ocasiones a los franceses. En 1892, y para desafiar a los franceses, ordenó quemar la ciudad de Abomey y los palacios. Aunque la mayoría de los monumentos sobrevivieron al incendio, muchos de los palacios y bajorrelieves han tenido que ser restaurados desde entonces. Por eso, los bajorrelieves que se pueden ver en el exterior de algunos edificios de los palacios reales son réplicas, ya que los originales tuvieron que ser restaurados.
En el interior de la sala de audiencias se pueden ver los bajorrelieves originales, así como algunos de los objetos más interesantes del Museo Histórico de Abomey, que formaban parte de las ceremonias religiosas. Destacan el trono de Ghezo, que descansa sobre las calaveras de cuatro jefes enemigos, el traje de rey o algunas de sus joyas y bastones de mando.
La visita continua por el almacén de cañones, la casa colonial hasta llegar al patio privado del palacio de Glelé, donde encontramos el patio de las reinas y la propia tumba de Glelé. En el patio de las reinas hay una pequeña edificación donde, según nos contó el guía, se enterraron vivas 41 mujeres del rey una vez que Glelé murió. La tumba del rey es un lugar sagrado al que no se nos permite entrar porque ahí habita el espíritu del mismo.
Bajorrelieves en la entrada de un palacio real
Abomey es una de las paradas obligatorias en tu viaje por Benín y la visita de los palacios reales es muy interesante para acercarte a la historia de este país africano. Esperamos que este post te sirva de ayuda para conocer todo lo que debes saber sobre este recinto declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.